Nuestro primer año juntos

MERCEDES GENTIL._Ya hace un año que los componentes de este equipo nos hacemos eco de todo lo que acontece alrededor de los novilleros sin picadores. Esa parte del mundo taurino en la que reinan las ilusiones y esperanzas. Aquí hay unos protagonistas a los que hay que apoyar de manera incondicional para asegurar el futuro de la Fiesta.

Es maravilloso poder conocer los testimonios de jóvenes que se esfuerzan día a día por alcanzar su objetivo. Buscar las palabras precisas para informar sobre metas cumplidas y sueños truncados. Y es que, nuestros novilleros sin picadores, luchan por hacer realidad el más bonito de los sueños que puedan soñarse. Y a la vez, uno de los más difíciles de lograr. Pero sabemos que este arte está lleno de dualidades como la muerte y la vida, como la gloria y el fracaso.

Con cada artículo aquí publicado intento llegar a los corazones más recónditos, siempre desde el respeto, amor y admiración al toreo. Y, por supuesto, dar a conocer a los jóvenes que se siente atraídos por este inimitable y magnífico arte de Cúchares. En Novilladas sin apoyamos y difundimos la Tauromaquia desde la base: las novilladas. Tengan en cuenta que les estamos dando a conocer a los futuros maestros.

Les quiero agradecer a todos nuestros seguidores la confianza depositada en nosotros pero, sobre todo, gracias por amar la Tauromaquia. Y recuerden las caras de estas promesas taurinas para cuando vean sus triunfos como toreros. Pues el tiempo pasa muy deprisa. Sin reloj y sin recato.

Los pies en la tierra y el alma al cielo

MERCEDES GENTIL._“Y es que no hay otro mejor que tú”, “Vas a llegar muy lejos”, “Toreas de maravilla”, “¡Qué arte tienes!”… Esto suelen escuchar todos los novilleros: los que apuntan maneras y los que no. Flaco favor, a la vez que craso error, lo que estas palabras producen en los jóvenes que aspiran a ser toreros.

Y es que cuando él está en el ruedo le hacen sentir el mejor maestro del mundo. No hay ninguna duda, él llegará a ser el primero del escalafón. Es verdad que, a veces, las críticas favorables serán infundadas y otras no. Lo que está claro es que un novillero, al igual que una figura, siempre debe mantener los pies en la tierra mientras que su alma, al estar frente a un novillo, de manera mística se eleva hasta el cielo. Ya lo decía la gran leyenda taurina, Juan Belmonte, que para torear bien había que olvidarse del cuerpo. Y eso debe hacer nuestra cantera taurómaca. Olvidarse de su cuerpo y de las numerosas alabanzas. Deben sentir cómo su alma es la que reta al animal.

Y es que el problema aparece cuando los chicos se estrellan, caen en el olvido sin haber, ni siquiera, disfrutado de un minúsculo y verdadero triunfo torero. Cuando se dan cuenta de que las palabras que endulzaban sus oídos no son tan veraces como ellos creían. Ese momento en el que el sobrenombre, que en su mente y corazón ha estado anunciado en grandes carteles, se marcha sin billete de vuelta hacia el destierro. Muy lejos del mundo taurino.

Y es que creo que hay que alabar pero también pulir y corregir cuando sea necesario, “al César lo que es del César”. No debemos olvidar que todos persiguen un sueño que tan solo algunos, muy pocos, podrán hacer realidad.

(Fotografía: El novillero David Santos Boya en Laguna del Duero, Valladolid)

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La Tauromaquia, patrimonio cultural español

 

 

Porque tenemos derecho a admirar este arte. Sí a la Tauromaquia. Sí al arte. Sí a la libertad.